



El monasterio de Filadelfia se convirtió en el punto de comunicación entre Lisieux y USA y se encargaba de suplir con postales, tarjetas, cuadros y folletos sobre Teresa para promover la canonización de Teresa en las comunidades americanas. En 1907, la Sor Estanislao le pidió a Paulina un cuadro de Teresa pintado por Celina. El retrato se envió al Monasterio de Filadelfia donde permaneció hasta el año 2002. Para asegurar el buen estado del cuadro, fue enviado como donación al Centro Cultural del Siervo de Dios Juan Pablo II en Washington D.C. donde puede verse hoy en la Capilla del centro. La comunidad Carmelita necesitaba una Priora que pudiera con el trabajo que suponía el interés que cada día se incrementaba alrededor de Teresa, y a la vez, el trabajo propio de Priora en un Monasterio carmelita. En 1908, fue elegida Priora la Sor María-Ange del Niño Jesús. Aunque ella no era ni siquiera una monja profesa, y ni siquiera había podido votar. La Sor, había sido la primera monja en entrar tras la muerte de Teresa a quien atribuía la gracia de su entrada, y era muy devota del “Pequeño Camino”. Después de reunir a la Comunidad, la nueva Priora, aceptó con humildad el cargo. Uno de los primeros objetivos para la Madre María-Ange fue pedirle al nuevo Obispo Thomas Paul Henri Lemonnier que abriera oficialmente la causa para la beatificación de Teresa. El Obispo accedió y la Causa se abrió oficialmente en 1909. La Madre María – Ange del Niño Jesús fue Priora durante 18 meses y murió a la edad de 28 años. Después de su muerte, Paulina recuperó su rol de Priora, pero, esta vez, hizo esfuerzos extraordinarios para recoger toda la información que pudo sobre la vida de Teresa, pasos necesarios para su beatificación. En 1910, el proceso para la beatificación de Teresa corría un grave peligro: el Padre La Fontaine, secretario para la Congregación de Ritos, era muy escéptico acerca de los favores y curaciones recibidas por mucha gente que invocaba la intercesión de Teresa. Era uno de los que quería anular uno de los milagros atribuidos a Teresa que había sucedido a la Madre Carmela en Gallipoli, Italia. El Padre La Fontaine dijo que la única manera de convencerse de que debía proceder con la causa de beatificación de Teresa era que él mismo recibiera un favor de la Santa. Paulina, sin dudarlo, pidió la intercesión de Teresa para el Padre La Fontaine. Dos días después, sus plegarias fueron respondidas y el Padre La Fontaine recibió el favor que pedía. El Tribunal Diocesano ordenó que los restos de Teresa fueran trasladados del cementerio de Lisieux al Monasterio del Carmelo para ser examinados. Mucha gente criticaba a Paulina por hacer correcciones en la autobiografía de Teresa. Lo que la mayoría no entendía era que las correcciones eran necesarias para conseguir la publicación del manuscrito. El 3 de Agosto el Tribunal Diocesano empezó la investigación sobre las dos diferentes versiones de la vida de Santa Teresa y llegaron a la conclusión de que las dos versiones eran similares y que Paulina no intentaba hacer que su hermana pareciera “más santa” de lo que realmente era. También para aclarar el trato recibido por Teresa de la Madre María de Gonzaga, Paulina y otras Hermanas Carmelitas, tuvieron que hacer un testimonio escrito sobre los incidentes descritos por Teresa. Paulina tuvo que superar muchos obstáculos todos ellos profetizados por Teresa antes de morir. El 5 de Septiembre, el Tribunal Diocesano completó la investigación para la causa de beatificación de Teresa. Paulina consiguió tener la suficiente capacidad y energía para cumplir con la inmensa tarea del proceso de beatificación de su hermana y, a la vez, ser una buena Priora. Una de las Hermanas Carmelitas escribe en una carta “Te encuentro tan llena de misericordia, que me parece que Dios no podría hacerte más, Oh, cuánto te quiero!” En Agosto de 1911 Marguerita – María empezó su postulantado. Era la hermana de la Sor María de la Trinidad, pero la austera Regla del Carmelo era demasiado para ella y tuvo que dejar el Monasterio. Aunque abandonó el Convento, continuó el contacto con Paulina. Ésta la aconsejó durante años, ayudándola a encontrar su vocación. Paulina le recomendó que intentase entrar en el Monasterio de la Visitación de Caen. Marguerita – María entró y tomo el nombre de Marguerita – María. Este último nombre en recuerdo de Paulina que le había ayudado a encontrar su vocación. El año 1913 estuvo lleno de visitas al Carmelo. Dentro de la jerarquía de la Iglesia, muchos sacerdotes, Obispos, Cardenales e incluso futuros Papas, entre ellos el Beato Juan XX!!! Y el Siervo de Dios Juan Pablo II visitaron Lisieux. Todos ellos querían ver la celda de Teresa y todos ellos querían hablar con las hermanas de Teresa. Cuando 1914 se aproximaba, la amenaza de la guerra era inminente. El comienzo de la I Guerra Mundial tuvo un grave efecto en la comunidad del Carmelo así como en otras comunidades religiosas. Los Alemanes avanzaban sobre Francia a través de la frontera belga y ocuparon el noreste del país. A pesar de que Paulina y sus hermanas estaban lejos del frente, se les pidió que hicieran sacrificios por la guerra. Se racionó la comida para todos, así como las medicinas y otras ayudas, La mayoría de las provisiones fueron enviadas al frente para ayudar a los soldados franceses. Leonia estaba muy preocupada por la seguridad de sus hermanas en el monasterio carmelita de Lisieux debido al racionamiento. Ellas le aseguraron que estaban bien. Cuando acabó la guerra todas ellas sobrevivieron a los horrores. experiencia dio valor a Leonia para trabajar más duro en ser santa. El proceso de canonización de Teresa, progresó rápidamente el 9 de Abril de 1915. Tuvo lugar el segundo examen de las virtudes de Teresa requerido en el proceso apostólico .El examen tuvo lugar en el monasterio Carmelita de Lisieux. Para su gran gozo, Leonia y su Madre Superiora viajaron al monasterio Carmelita. Leonia no había visto a sus hermanas en 17 años. Fueron ocho días excitantes para ella por la bendición de ver a sus queridas hermanas y por ver donde Teresa había vivido y trabajado. Leonia dijo: “Mientras estábamos sentadas en los peldaños del Carmelo, era como si nada hubiera cambiado. Como si estuviésemos juntas en Les Buissonnets de nuevo.” Cuando llegó el momento de dejar el monasterio Carmelita, Leonia tuvo que despedirse otra vez de sus hermanas. Esta vez sería para siempre hasta que se volviesen a ver en el Cielo. Las hermanas Carmelitas prepararon una canción de despedida que fue un regalo muy emocionante para ella. Muchas Prioras y Madre Superioras buscaron el consejo de Paulina e imitaron la relación que Teresa tenía con ella. Otras, simplemente le pedían oraciones. Un ejemplo, fue al comienzo de 1920, cuando la Beata madre María Ellerker del Santísimo Sacramento, era Madre Superiora en Handsworth, Inglaterra, visitó Lisieux. Ella tenia una gran devoción a Teresa. Empezó una peregrinación por los lugares descritos en la autobiografía de Teresa. Y le pedía a la Santa que protegiese a sus comunidades. Cuando visitó el Monasterio de Lisieux, dejó la misma petición en un mensaje para Paulina. Ésta respondió pidiendo a su comunidad que rezasen por las intenciones de la Madre María y pare que descubriese la Voluntad de Dios para Ella y sus comunidades. Otro ejemplo fue el del Beato Padre Daniel Brottier, que escribió a Paulina en Noviembre de 1923. El había sido nombrado director de la Congregación de los Padres del Espíritu Santo y, como era muy devoto de Santa Teresa, quería construir una capilla en su honor. Necesitaba 10000 francos para ello y le pidió a Paulina que ella y la Comunidad rezasen una Novena por sus intenciones. El último día de la Novena, el Padre Brottier recibió los 10000 francos que necesitaba para la nueva capilla. El Padre Dolan visitó el Monasterio Carmelita de Lisieux y el Monasterio de la Visitación de Caen en 1924. El quería reunir más información sobre Teresa. La primera visita fue al Monasterio Carmelita donde habló con Paulina, María y Celina. Durante esta conversación con Paulina, él le pidió un mensaje para los seguidores de la “Little Flower Society “. En América. Paulina accedió a esta petición. Paulina dijo al Padre Dolan que los miembros de esta Sociedad buscasen vestir de forma modesta, no llevar nada que fuese considerado indecente. Y que deberían considerar las enseñanzas de la Iglesia por encima de cualquier otra norma social o de conducta. También deberían comulgar con frecuencia. El Padre Dolan tenía la profunda convicción de que Paulina era una santa y así lo hacía saber a todas las personas asociadas con el Monasterio. Conoció a la Sor Ágata que visitaba el Monasterio para ayudar a la enfermera en la rehabilitación de algunas Hermanas. Cuando el Padre Dolan le preguntó si ella también pensaba que Paulina era muy santa, la Sor Ágata contestó “Paulina es la más santa porque ella formó el carácter de Teresa y por tanto, tiene que ser santa”. El Papa Pio XI le hizo el honor de mantenerla de Priora vitalicia. El Cardenal Vico lo comunicó en una visita al Monasterio Carmelita, y tuvo que convencerla porque, el primer pensamiento de Paulina fue rechazar este privilegio. Aunque en un principio se sintió desbordada por el honor y la responsabilidad Paulina aceptó diciendo “Que sea lo que el Santo Padre desea, soy monja Carmelita y obedeceré”. El Padre Dolan fue a visitar a Leonia al Monasterio de la Visitación; también le hizo la misma pregunta a Leonia sobre la santidad de Paulina:” Crees que Paulina es Santa? ”. Sin dudarlo, reforzó la percepción que él tenía sobre la santidad de Paulina al afirmar “ No creo que hay una Superiora tan estimada”. Décadas más tarde el 3 de Diciembre de 1943, el Padre Dolan, escribió en uno de sus libros tras la muerte de María:” Santa Teresa debe mucho de su santidad a sus santos padres y a sus santas hermanas María y Paulina. No me sorprendería si la Iglesia los declarase santos”. Gran parte de las Hermanas Carmelitas eran leales a Paulina especialmente en su rol como Priora. Con el abrumador interés sobre el Monasterio Carmelita, el trabajo de Priora requería mucho esfuerzo. Sus hermanas vieron a primera vista las dificultades diarias a las que Paulina se enfrentaba tanto dentro como fuera del Monasterio. Tenía la doble tarea de cubrir las necesidades de sus Hermanas Carmelitas y la de los numerosos visitantes. Para llegar a todo, siempre pidió ayuda a Dios en cada tarea practicando humildad y simplicidad. En una carta a Leonia, le dijo:” No sé porqué mis hermanas me quieren tanto. Desde que soy Priora no he tenido que repetir nada”. La Hermana pequeña se convirtió en Santa Teresa del Niño Jesús en Mayo de 1925. Fue una bella ceremonia que tuvo lugar en Roma. El Papa Pio XI, invitó a María, Paulina, Leonia y Celina a la ceremonia pero todas ellas declinaron la invitación para que nada interfiriera ni con su vocación de monjas de clausura ni con la vida de la Comunidad. En su lugar, Paulina envió a dos hermanas legas del Monasterio de la Visitación e hizo el esfuerzo de notificar todos los eventos referentes a la Canonización de Teresa a su hermana Leonia. Al honor de la Canonización de Teresa, Paulina añadió la publicación de su libro “Novissima Verba” (últimas palabras), que son una recopilación de las últimas conversaciones que había tenido con Teresa. Estas conversaciones desde Mayo hasta Septiembre de 1897, estaban recogidas en un cuaderno amarillo. Una de sus más cercanas confidentes, su hermana María, sufría de artritis reumatoide. El 25 de Enero de 1929 María fue enviada a la enfermería de forma permanente. En Marzo de 1937 su salud se deterioró tanto que Paulina pidió al sacerdote que le diera la Extremaunción. A pesar de esto, María vivió dos años más. En Diciembre de 1939, María estaba gravemente enferma con un encharcamiento pulmonar. Los médicos establecieron que no iba a vivir por más tiempo. Esto fue muy duro para Paulina porque ambas habían pasado prácticamente toda su vida juntas. Ella y Celina, pasaban mucho tiempo a su lado. María aguantó hasta el mes de Enero. Paulina le había pedido que escribiera una carta para su fecha de aniversario, y María accedió a ello. Paulina quería saber que versículos de la Biblia le ayudaban cuando sufría a lo largo de los muchos problemas con los que se enfrentaba en su vida. El 19 de Enero de 1940, las últimas palabras de María fueron “Te amo” a la vez que besaba su crucifijo. Cuando rezaba el Rosario y miraba a “Nuestra Señora de la Sonrisa” María dio su último aliento. Tras salir la Comunidad de la enfermería, sus hermanas prepararon el cuerpo para el entierro mientras el cuerpo de María permanecía allí. Paulina encontró la carta que le había escrito. Mientras lloraba junto al cuerpo de María, Paulina abrió la carta y la leyó en alto. María le dijo que pasaría la eternidad haciendo que Dios fuera conocido por muchos, “El único Dios verdadero y Él al que has enviado. Eternidad no es lo suficientemente larga para que conozcamos la infinita bondad de Dios, su poder infinito, y su infinita misericordia, su infinito amor por nosotros. Éstos son nuestros deleites eternos, de los que nunca nos vamos a cansar, Nuestro corazón está hecho para entenderlos y para ser alimentado por ellos. Mi único deseo es perderme en Él”. Cuatro meses después de que María muriese, Francia fue invadida por el ejército Nazi. Fue un momento terrible para muchos franceses Adolf Hitler invade Francia el 10 de Mayo de 1940. El ejército francés creyó que les atacarían en la frontera entre Francia y Alemania donde tenían fuertes defensas. Pero los alemanes decidieron atacar Francia a través de Bélgica. A pesar de que los franceses hicieron un esfuerzo enorme para parar el avance alemán, las fuerzas eran muy desiguales. El 22 de Junio de 1940, los gobiernos francés y alemán firman el armisticio por lo que se declaraban dos zonas: una ocupada por los franceses y otra por los alemanes. Los alemanes habían colocado regimientos en las ciudades de Francia. La salud de Leonia empeoró. Estaba plagada de enfermedades a lo largo de su vida, pero ahora parecía más aparente que no iba a poder resistir más. Leonia escribe a Paulina describiéndole este estado de su salud y cómo se sentía al no poder continuar con sus obligaciones en el Monasterio, una de las cuales era cantar en el coro. Paulina le contesta” Oh, no consientas el decaimiento, mi pequeña Leonia. Todo está bien si tu corazón es el que canta incesantemente a Dios. Recuerda siempre que viste la mano de Teresa sobre tu breviario y piensa que si éste se cierra es para abrir más tu corazón”. Al final de Mayo, Leonia empezó a mejorar. Era una oportunidad de oro para sus Hermanas de la Visitación que querían celebrar el nacimiento y profesión de Leonia. La Madre Superiora aprovechó esta oportunidad para celebrar el cumpleaños de Leonia, así como su 40 aniversario de su profesión, el cual fue celebrado el 3 de Junio de 1941. Uno de sus regalos fue un mensaje del Papa Pío XII:” Estamos bendecidos de todo corazón en la ocasión de tu 40 aniversario de tu profesión religiosa, nuestra querida hermana en Jesucristo, Francisca-Teresa de la Visitación de Caen, y gracias a la intercesión de su bendita hermana Santa Teresa, imploramos para ella la gracia de la más alta santificación en la más ferviente humildad”. Cuando la celebración llegó al final, Leonia tuvo que volver a la enfermería. Sus Hermanas llenaron los pasillos del convento con los versos:” por tu dulce manera guíanos, rezamos, Teresa al Cielo, al Cielo, al Cielo”. Leonia estaba llena de alegría y felicidad por la celebración. La Madre Superiora tuvo la oportunidad de llevar a su “reliquia viviente” de vuelta a su habitación. Durante los años de la ocupación nazi, Paulina ayudó al Monasterio de la Visitación en múltiples ocasiones. Era muy importante para Leonia y sus Hermanas que Paulina continuara ayudándolas especialmente después de la muerte de Leonia. Paulina siempre les ayudó. La Madre Superiora de la Visitación notificó a Paulina la muerte de su hermana Leonia. El 12 de Junio, Leonia había tenido una hemiplejia y fue encontrada en el suelo inconsciente. El 17 del mismo mes, Leonia murió. Y, a pesar de la ocupación alemana, mucha gente acudió al funeral. Después de cuatro años de ocupación nazi, las fuerzas aliadas invadieron Francia. El 6 de Junio de 1944, el primer objetivo de los aliados fue bombardear las ciudades que después iban a alcanzar. Esta acción militar, destruyó las dos principales iglesias de Lisieux a la vez que dos monasterios. El primer bombardeo duró 45 minutos y la mayoría de las bombas cayeron en el centro de la ciudad y en la estación de tren. El principal objetivo de los Aliados era destruir todas las rutas de transporte que usaban los alemanes, pero debido a la espesa nubosidad sobre Lisieux, hizo que el bombardeo fuera indiscriminado. Después de que la segunda parte de bombardeos comenzara, la zona que rodeaba el Monasterio Carmelita se incendió y la vida de la comunidad Carmelita corría peligro. Paulina, aconsejada por uno de los capellanes del Monasterio, abandonó el edificio y, junto a su Comunidad, buscó refugio en la Basílica. Lo único que Paulina y sus hermanas pudieron coger fueron las reliquias de Teresa. El resto de sus posesiones las tuvieron que dejar abandonadas. Después de dos días de bombardeo, y más de 700 muertos, todas las monjas carmelitas regresaron al Monasterio indemnes. Para Paulina y Celina, fue un gran choque cultural volver a un mundo que ellas habían abandonado hacía mucho tiempo. Antes de volver al Monasterio, Paulina organizó a todas las hermanas de dos en dos para intentar encontrar comida. Esto les dio la oportunidad de volver a su antiguo hogar y de rezar ante la tumba de su familia en el cementerio local. La liberación de Lisieux se retrasó debido a que los Alemanes se habían hecho fuertes en Caen. El 23 de Agosto,los ingleses llegaron a Lisieux y tomaron control sobre la ciudad. El 27 de Agosto las reliquias de Teresa regresaron finalmente al Monasterio. La guerra había terminado. La vida volvió pronto a la normalidad, aunque tardaron años en reparar todo el daño que la guerra había causado al Monasterio y a la ciudad de Lisieux. La vida resultaba muy dura para todo el mundo. Como hermanas, la relación entre Paulina y Celina era muy estrecha. Después de la muerte de María y Leonia, el legado de Teresa estaba en sus manos. Ellas continuaron trabajando fervientemente en libros e ilustraciones, y cada vez dependían más la una de la otra. Paulina dijo a cerca de su hermana Celina:” Quiero a mi pequeña Céline más que a nada en la Tierra”. Las dos hermanas intentaron conservar el mensaje de su hermana Teresa con la mayor fidelidad posible, incluso aunque encontraron durante mucho tiempo, resistencia por parte de algunos sectores fuera del Monasterio, y algunos autores que intentaron alterar el “Pequeño Camino” alterando el significado de los escritos de Teresa. Cuando llegó 1949, Paulina contrajo una infección pulmonar. Ella se dio cuenta de que ya no era la mujer fuerte de otros tiempos. Tenía 87 años y dependía de otros para realizar muchas tareas manuales. Celina siempre a su lado, le ayudaba de tal manera, que Paulina dependía totalmente de ella. Paulina se plegaba con esto a la Voluntad de Dios y buscaba en El su inspiración y paz. Paulina siempre recordaba a todo el que la visitaba su motto “Amor y Confianza” Cuando acabó 1940, Paulina llegó también al final de su vida. Ella luchó contra muchas enfermedades a lo largo de su vida, de muchos resfriados y gripes, pero cada vez era más difícil superar la enfermedad, así que fue trasladada a la enfermería. El último tiempo que ella pasó en su celda, la llenó de todos los recuerdos del pasado. En la enfermería, al lado de su cama, las Hermanas colocaron a Nuestra Señora de la Sonrisa. Para Celina fue muy duro ver el sufrimiento de su “pequeña madre”. En una nota, Celina describe a Paulina, “Ella está tan dulce y serena como pueda ser posible, totalmente abandonada en Dios”. Celina era testigo, como previamente había visto el de sus hermanas Teresa y María, el largo camino de Paulina hasta el Cielo. A mitad de Julio de 1951, se hizo evidente que a Paulina sólo le quedaban días en la Tierra. Un sacerdote la confesó y le dio la Extremaunción. A Paulina le costaba respirar. Era para ella muy difícil porque tenía los pulmones encharcados. El 28 de Julio de 1951, minutos antes de su muerte, ella hizo un intento de rezar en voz alta la oración que siempre recitaba” Jesús manso y humilde haz mi corazón como el tuyo”. Después de una larga agonía, y rodeada de sus hermanas del Carmelo, el alma de Paulina ascendió al Cielo. Celina preparó el cuerpo para el funeral que condujo el Obispo Picaud. Después del funeral, el cuerpo de Paulina fue conducido a la capilla junto a su hermana María. Después de un profundo examen de las obras de Teresa, muchos teólogos y biógrafos encuentran una fuerte inspiración de Paulina. Muchas personas que visitaron a las hermanas de Teresa a lo largo de su vida están convencidas de la santidad de todas las hermanas, que a todas las personas que les escribieron o visitaron, dejaron esta fuerte impresión de santidad y ejemplaridad en sus vidas. Escrito cerca:: R. Hann Traducido cerca Yolanda y familia Bibliografía Abbé Combes, ed. Collected Letters Of Saint Thérèse of Lisieux . 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| Madre Inés de Jesús María Paulina Martin "La Perla de Lisieux" |

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| 7 de Septiembre, 1861-28 de Julio, 1951 |

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| “Jesús nos pide ser santos. Él necesita almas completamente devotas que se rindan totalmente a Su Divina Satisfacción.”... - Madre Inés de Jesús |

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